un cuento por si malos policias EL PODER DE LA LUZ
EL PODER DE LA LUZ (I)
Vaya a saber porque demonios estaban poseídos esos policías que detuvieron a los Carranza en medio de la ruta. Con muy mala cara los hicieron bajar del automóvil y los revisaron exhaustivamente, les pidieron documentos y los papeles del vehículo, en su vocabulario había una ponzoña maliciosa y odiosa: "seguro que no anda en algo raro? seguro que no trafica sincérese vamos.. todo se puede arreglar..." “Solo estamos dando un paseo”. Respondió Pedro con simpleza
Y porque iba tan veloz quebrando las normas? Pregunto con la misma voz. “Veloz? 90 km por hora que es lo que mas da…!”
Vamos a revisar las luces… en una horas ya atardece ... -Solicito el otro
Las luces funcionaban a la perfección todas. Caminado alrededor del auto uno dijo: mire sino arreglamos por la derecha arreglamos por la izquierda. Dijo dando entender que lo que buscaban además de arruinarle el domingo a los Carranza era efectivo,
¿Pero cual es el problema?- pregunto Pedro.
Que no se puede andar con los faros rotos y los trasero están rotos y así no se puede.
Pero si están intactas?
Mire esto. Le indicó el policía, el faro estaba roto pero Pedro casi grito
“vamos hombre usted lo rompió, ahí esta un pedazo de cristal”. La impunidad de los policías para sacarles dinero se acrecentaba mas y mas. Aprovechando el paso de un camión, con un pequeño martillo que escondía en su bolsillo que tenia exclusivamente para tal fin golpeo el faro dañándolo.
Ósea que además me va usted acusar a mi! musito irónico.
Una vocecita comenzó a oírse como un murmullo agudo que fue fortaleciéndose alimentada por ella misma, que terminaría aturdiéndolos, Nicolás el mas pequeño de los hijos dijo: "Pensar que los policías para tomar servicios prestan juramento sobre una Biblia en el parque central, y prometen defender al pobre del malvado, al débil de la calamidad, sembrar justicia, proclamar el bien, neutralizar la maldad, y por ese juramente que demostraban su fe en Dios y su justicia se llenaron de poder y beneficios de un buen sueldo, jubilación, seguro de vida, obra social, y ahora traicionan el juramente y se corrompen, sino hubieran jurado no podrían ser policía, es decir que ahora tienen todo lo que tienen porque tienen fe en un severísimo castigo de la justicia divina, obviamente el mismo diablo los atonta y no los deja pensar porque solo basta que piensen un segundo para que después de deprimirse recapaciten y reflexiones por su terrible futuro y se
arrepientan en el acto con la mas grande fuerza de voluntad. Solo tiene que pensar bien por uno segundo, "pues terrible es caer en las manos de Dios..." finalmente el muchacho sito la Biblia y agrego: seguramente Dios quiere que recuerden que fue por el amor al bien que quisieron ser policías y no por el dinero. Uno de ellos miro al otro y le señalo la patrulla con la cabeza, no tenia fuerza ni energía para hablar y no lo harían en todo el trayecto que duraba mas de una hora. Como si no hubieran escuchando al muchacho el otro dijo: “Bueno por hoy vaya y pase, pero para la próxima ya sabe, he?” así se despidieron de las Carranza interrumpiendo el silencio en el que seguramente pasaba como una tropilla de ángeles. Esa vocecita la oirían toda su vida y nunca lo olvidaría. Por momentos al mirar la niño visualizaba a Jesús. Los Carranza siguieron su paseo llenos de gozo y regocijo. FIN
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